Desde hace 42 años, con su esposo, Jorge Enrique Álvarez, vende en Cúcuta el reconocido masato 'El Norteño'.
Personajes
Teresa
de Álvarez
“Los hogares cucuteños han perdido la tradición de tomar masato”
Es de las mujeres que recibe a sus visitas con una sonrisa. A Doña Teresa de Álvarez le brota la sencillez y la berraquera que caracterizan a la mujer nortesantandereana. Cada una de sus palabras vienen llenas de amor por la región.
Desde hace 42 años, con su esposo, Jorge Enrique Álvarez, vende en Cúcuta el reconocido masato 'El Norteño', nombre que Doña Teresa le puso en honor al departamento colombiano. Con este producto tradicional ha sacado adelante por cuatro décadas a toda su familia.
La cucuteña se casó muy joven con Jorge Enrique, quien en ese entonces era cobrador. En vista de que su compañero recorría la ciudad todos los días, ella empezó a preparar masato en su casa, con la receta de su mamá, para que su esposo lo ofreciera a sus clientes.
En los primeros años, don Enrique iba en moto, ahora va en su camioneta, un fruto del negocio familiar, por cafeterías y panaderías del centro de Cúcuta.
Hasta hoy nada ha cambiado. Doña Teresa y sus dos hijas continúan preparando el masato en su hogar. Inicialmente vivían con su esposo y su hija mayor, en el barrio La Cabrera, luego se mudaron al barrio Guaimaral, y desde hace 33 años, residen en el barrio Niza, donde tienen adecuado un cuarto frío y todos los implementos requeridos para su microempresa El Norteño.
Teresa recuerda que en el Casino de la Policía se vendieron los primeros litros de esta bebida fermentada tradicional en la región. Después, la ofrecían a algunos hogares aledaños en el barrio La Cabrera y en el centro de Cúcuta. Poco a poco se regó la voz del Masato El Norteño y los dueños de los establecimientos los recomendaban con sus clientes.
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Esta cucuteña emprendedora conversó con Deléitese y nos contó algunos detalles de la bebida a la que le ha dedicado toda su vida.
¿Qué hace deliciosa a esta bebida?
El uso de la olla de barro o molla para dejarlo fermentar, eso le da el sabor. Un masato preparado en cualquier envase no se fermenta de la misma manera.
¿Qué tiene de diferente su receta de la preparación tradicional?
Nosotros lo preparamos sin canela, ya que con la fermentación, la canela va tomando un sabor picante. En su lugar, el masato de El Norteño lleva clavo de olor.
¿Cómo preparar un buen masato en casa?
Esta receta es muy tradicional de los hogares en los santanderes. Se debe cocinar el arroz y mezclar con el azúcar y clavos; se deja reposar un día. Después se licúa y se deja en la molla para que se fermente. El tiempo en la molla depende de qué tan fuerte se quiera la bebida.
Si no tenemos molla en casa, ¿cómo recomienda elaborarlo?
En ese caso, se puede preparar guarapo de piña y agregarlo al arroz cuando se vaya a licuar. La piña es la que le da la fermentación a la bebida, que se debe dejar uno o dos días. El sabor es diferente al que se prepara con molla, pero igual queda fermentado.
¿Cómo le gusta el masato al cucuteño?
Generalmente, los cucuteños lo prefieren fresco. A los que le gusta más fuerte, lo piden con 1 o 2 días de fermentación, es decir, medio fuerte.
¿Con qué acompañar el masato?
Con alimentos tradicionales de la región. Puede ser un pastel de garbanzo o uno de yuca. Incluso hay quienes les gusta tomarlo para acompañar el mute.
¿Cuál es la mejor temporada para masato El Norteño?
A pesar de que en los hogares ya no se toma masato, no se ha perdido la tradición de tomar masato en diciembre, como acompañante de las hayacas o el tamal.
¿Y el resto del año?
Las familias nos compran masato los domingos. Entre semana, llevamos nuestro producto a las cafeterías y panaderías del centro.
¿Qué es lo que más disfruta de su negocio?
Hacer el masato. Me gusta estar en la cocina pendiente de todo el proceso, de que se cocine bien, que todo lleve las cantidades adecuadas para que el resultado sea como la receta de mi mamá.
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¿y lo que menos le gusta?
El estrés del centro cucuteño en la entrega de los productos.
Ahora Teresa de Álvarez tiene 63 años y su esposo 73. Ella dice que todavía tiene energía para seguir adelante con el negocio, aunque él ya piensa la jubilación. El legado se lo ha dejado a sus hijas, que desde muy pequeñas se han dedicado al negocio familiar, y ahora son las encargadas de preparar el masato, mientras Doña Teresa y Jorge Enrique van a repartirlo por la ciudad.
Doña Teresa confiesa que la ventas no son las mismas que hace unos años. Principalmente, porque a las nuevas generaciones no les gustan las bebidas tradicionales de la región como el masato y, según ella: “en las familias se ha perdido la tradición de tomar masato los domingos”.
Cuando se le pregunta por el futuro de ‘El Norteño’, doña Teresa admite que no le quita el sueño expandirse a otras ciudades. "Mis hijas heredarán la receta familiar".
*Por: Heidy Espinosa
Fotos: César Obando