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Jediondo

Colombia

Pedro González conversó sobre su restaurante, presente en 18 ciudades colombianas.

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Cada mañana, el aroma del pan, las colaciones, los bizcochuelos y las empanadas impregnaban los alrededores de la panadería de doña Margarita González. Allí, con las ayuda de sus siete hijos, ofrecía los frescos alimentos a los pobladores de Sutamarchán, en el departamento de Boyacá, a mediados de los años 70.

Todos colaboraban: amasando, horneando, lavando implementos o vendiendo las delicateses; en especial su hijo Pedro González, cuyo amor por los sabores típicos colombianos fue creciendo a medida que pasaban los años.

Aunque el joven se licenció en periodismo y se transformó en uno de los humoristas más importantes del país gracias al personaje de ‘Don Jediondo’, él nunca olvidó sus raíces ni la conexión que encontraba con la cocina.

Por eso en el 2005, cuando tocó decidir qué hacer con un local que había comprado y no pudo arrendar en un centro comercial de Bogotá, eligió aventurarse en el negocio de los restaurantes como un homenaje a la memoria de su progenitora y de la panadería en la que trabajó toda la familia.

Así nació un proyecto de comida rápida de platillos colombianos llamado Don Jediondo, sopitas y parrillas, en cuyo menú plasmó las recetas más tradicionales del país: ajiaco, mojarra frita, cocido boyacense, lengua criolla en salsa, guiso de cola, mute y hasta hamburguesas.

“Desde pequeño siempre tuve la inquietud de tener un negocio de comida por la influencia de mi madre. Ella siempre nos enseñó a cocinar, a hacer pasteles, productos de panadería y me parece que es un tributo tener un negocio en honor a sus recetas”, confesó el empresario y humorista durante su reciente visita a Cúcuta.

Sus ojos se iluminan al continuar hablando de la mujer que lo trajo al mundo: “Fue una señora muy humilde que arrancó de menos 0, porque aparte de que no tenía ni un peso, entró a la vida debiendo plata, entonces fue una señora emprendedora, que logró sacar adelante a sus siete hijos, fue un modelo de admiración para mí”.

 

Sin duda, se siente orgulloso de sus raíces y también de su restaurante, transformado en una próspera franquicia con presencia en 18 ciudades del país, que busca promover los sabores nuestros, los de casa, los del hogar, porque él entiende que como colombianos “debemos sentirnos orgullosos no solamente de nuestra música, sino de nuestra ruana, de nuestra manta, de nuestra comida, sin tener que copiar modelos de platos de afuera”.

González nunca quiso desligar su humor con el de su proyecto restaurantero, por eso cuando los comensales detallan el menú que presenta el establecimiento, se encuentran con caricaturas y chistes. ‘Mazamorra chiquita, la que prepara mi agüelita’, ‘Trucha de la tía Marucha’ y ‘Lengua en salsa criolla. Esta lengua habla por sí sola (...) Es tan güena que sumercé se la come y queda hablando como cuatro idiomas’, son algunas de las frases de doble sentido que se leen en la carta.

Con el equipo de Deléitese, ‘Don Jediondo’ conversó sobre el restaurante y reveló sus gustos al comer.  

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Entre tantas ocupaciones profesionales,  ¿cómo hace para encargarse de sus restaurantes?

Es organizarse. Cualquier negocio es duro y si uno no le pone corazón, aún más todavía.  Al frente está mi esposa, que es quien administra. Pero gracias a Dios he hecho algunos cursos de cocina también y cuando voy a los locales me gusta meterle mano detrás de la cocina. Por ejemplo, si veo un huevo mal preparado o cualquier otro plato, yo mismo me encargo de devolverlo para que se vuelva a hacer y quede perfecto.

 

¿Es complicado abrir un restaurante en Colombia?

En Colombia hay una carga tributaria grandísima para montar empresa, una carga parafiscal que hay que pagar muy alta. En estos momentos con el paro camionero y con el fenómeno del Niño se han encarecido muchos los productos; siempre es duro pero hay que meterle corazón y la voluntad de Dios, que es el dueño de todo.

 

Del menú de ‘Don Jediondo’ ¿cuál es su platillo favorito?

Todos (risas) pero debo decir que me encanta la mazamorra chiquita y cuchuco de trigo, que son dos sopas colombianas deliciosas. Ojalá todos pudieran probarlas, así no sea en ‘Don jediondo’, porque son una delicia.

¿Qué nos puede decir de su mute santandereano?

Tenemos el mute boyacense y el mute santandereano, ambos son deliciosos y cada uno tiene sus diferencias. Nuestro mute santandereano lleva garbanzo, macarrones o un ingrediente de pasta.

 

Con la presencia de ‘Don Jediondo’ en 18 ciudades colombianas ¿qué tanto cambian los gustos de los comensales?

Hay algunas ciudades donde no se pueden poner en el menú los mismos platos. Por ejemplo, en Cartagena rotan bien las sopas, de pronto por el turismo. En Bucaramanga y la Costa se mueve muy bien. En Bogotá las carnes tienen buena rotación.

 

¿Cuándo abrirá su restaurante en Cúcuta?

Cuando ayuden a conseguir local (risas). Porque, por ejemplo, uno va al Ventura o a Unicentro y no hay local. Y el local que habíamos comprado al final ya no lo van a hacer. De pronto nos pueden ayudar a conseguirlo en El Malecón o en la Avenida Cero porque nosotros queremos tener un punto de ‘Don jediondo’ acá o en la ciudad de Ocaña que están haciendo un centro comercial muy bonito.

 

¿Tiene planes de llevar su modelo de negocio al exterior?

Tenemos planes de abrir en Miami. Allá hay una colonia de colombianos y venezolanos muy grande y creo que nos podría ir bien. Ojalá pronto se dé para el próximo año.

 

Otras personalidades del espectáculo nacional han invertido en el área gastronómica ¿qué le parece?

Fabuloso, muy bacano, ojalá que lo sigan haciendo. ‘Don jediondo’ dio como el primer pasito y han habido colegas que lo han seguido haciendo y me parece bien, porque en vez de malgastar sus ahorros, me parece perfecto que lo inviertan en un negocio. Yo oro para que les vaya bien.

 

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Sus gustos culinarios

 

¿Qué sabor lo devuelve a la niñez?

El del pan fresco. Nosotros deseábamos que llegara las 9:00 de la mañana que salía la primera tanda de un pan hecho en horno de leña, que ya no se usa, aunque es una buena noticia por el tema del medio ambiente, pero ese recuerdo lo tengo perenne siempre, porque me recuerda la comida que preparaba mi madre: las colaciones, las empanadas, los bizcochuelos.

¿Es amante del dulce?

¡Mucho! Me fascina el arroz con leche, el postre de nata. A mi hija le gusta mucho uno que se llama Milhojas y una cuajada con melao.

 

¿Qué acostumbra a comer en su casa?

A nosotros un plato que nos une en familia son las papas chorreadas y la pasta a la carbonara con pan francés, no al tiempo porque son harinas (risas).

 

¿Y cuando está en la calle?

Principalmente voy a los centros comerciales a ‘Don jediondo’ pero también vamos a otra parte aunque la gente lo mire a uno. Nunca falta el que diga: ‘Este teniendo restaurante por qué come aquí´, pues porque quiero y mi Dios me da la posibilidad.

 

¿Se ha sentido incómodo?

Al principio lo era, pero ahora me relajo, disfruto el momento con mi familia o con las personas con las que esté. Además que todos tenemos el derecho de hacerle el gasto a los demás también.

 

¿Cuando viene a Cúcuta en dónde come?

Cuando hemos venido con la emisora, nos vamos para ‘Londero’s Sur’, que me parece muy bueno y hay unas plazas de comida muy buenas por el Malecón.

 

¿Le gusta el pastel de garbanzo?

Me fascina, lo probé hace como dos años que vine a Cúcuta y me parece exquisito.

 

¿Lo incluiría en el menú de su restaurante?

¡Claro! Imagínate, es que es un deleite para el paladar, es una maravilla.

 

*Por: Alicia Pepe

*Fotos: Internet

 

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