Esta es la historia de 'La Mazorca'
Hernán García y Angélica Paz, una pareja de vallecaucanos, llegó a Norte de Santander a echar raíces con sus hijos. En la capital nortesantandereana, García se asoció con un cuñado en 1964 para abrir un restaurante al que llamaron ‘La Mazorca’ El menú constaba de ricuras colombianas como sancocho valluno, bandeja paisa y sopa de pollo, hechos con mucho amor por doña Angélica, con secretos de cocina heredados de sus antepasados.
Tres años después, don Hernán enfermó y murió. Las riendas las tomó doña Angélica, quien con el apoyo de sus hijos, pudo sacar a flote la empresa familiar.
Como en todo negocio, La Mazorca ha superado los coletazos de la crisis fronteriza en varias oportunidades, siempre buscando estrategias para seguir nadando en el mercado restaurantero regional.
Un lugar de tradición
Esas recetas de hogar, que saben a Antioquia, a Santander, a Valle del Cauca y a otras regiones colombianas, han sido parte del éxito de ‘La Mazorca’, tal como lo explica Carolina García, nieta de Hernán y Angélica y quien actualmente gerencia la sede del centro.
“Nuestra cocina está llena de amor, de tradición y de ingredientes que usaban nuestras abuelas en sus preparaciones. A eso siempre le hemos apostado”, contó García.
En la carta resaltan recetas tradicionales como la bandeja paisa, los chicharrones, las cazuelas, el cabrito, la sobrebarriga, el ajiaco y los cortes de carne a la parrilla.
Otro atractivo que captura la atención de los habitantes de la ciudad y los turistas, es el ambiente temático que brinda la sede principal de La Mazorca, en el centro. Entrar es retroceder en el tiempo, con un estilo rústico y acogedor, que asemeja esas casas de ventanales altos de antaño.
A la par del crecimiento que ha tenido Cúcuta en materia gastronómica, La Mazorca también ha expandido su presencia. Además de su sede principal, en el centro, tienen una express a unos metros de allí. Además, una en Caobos, con un estilo más moderno y una sucursal en los centros comerciales Ventura Plaza y Unicentro.
Calidad e innovación
La Mazorca tiene su propia sede rural en la que cultivan la mayoría de la materia prima que usan para elaborar cada plato. Además de criar ganado, tienen cosechas de maíz, frijol, zanahoria, aguacate, berenjena, tomate de árbol, lulo y mora. En la huerta cuentan con cilantro, lechuga, rábano, cimarrón, entre otras ramas de hojas verdes.
“Preparamos nuestros propios chicharrones, chorizos y carnes. Todo va envasado al vacío, bajo estándares tecnológicos que conserven la calidad y frescura de cada producto”, explicó Carolina García.
El capital humano ha sido, según García, un valuarte primordial para el desarrollo de La Mazorca. Hay empleados como Luisito, con más de 30 años en la empresa. “Es motivo de orgullo ese sentido de permanencia que alimentan en este restaurante”, asegura.
Periodista. Escribir, viajar y escuchar música, placeres que mueven mi mundo.