Deleitese

Colombia es el destino de moda en el mundo. Según la Organización Mundial del Turismo, el país crece a un ritmo de 12%, equivalente al doble del turismo mundial (6%). Si se voltea la mirada a lo que pasa en el área gastronómica, es similar el escenario.

Libros de cocina tradicional reconocidos en los Gourmand World Cookbook Awards (los Oscar de la Gastronomía), chefs de proyección internacional, un restaurante (Leo) en la lista de los mejores del mundo, festivales por doquier y, por supuesto, el auge de tours de inmersión por los sabores y saberes que mueven a Colombia.

‘Foodies Colombia’, es una de las primeras marcas que le apostaron a los recorridos gastronómicos como idea de negocios. Su fundadora María Gutiérrez tomó los lugares y los platillos más icónicos de Cartagena y Bogotá para hilarlos en paseos delirantes, llenos de historia e interacción con sus propios protagonistas.

“Es hacer turismo cultural a través de la comida, que es una forma deliciosa de conocer un territorio, su cultura, su patrimonio y su gente”, dice la emprendedora cartagenera, en entrevista con Deléitese.

Formada como publicista y con experiencias en multinacionales y restaurantes, Gutiérrez no solo busca promover los productos, técnicas y platos, sino brindar la oportunidad para que comensales interactúen con cocineros, sommeliers, baristas y promotores culinarios.

Más del 90% de quienes se anotan en los 30 paseos gastronómicos son extranjeros. El resto son entusiastas colombianos que aplauden y celebran estas experiencias que rompen con la rutina cotidiana.

Festejar al nobel

Un paseo inspirado en la literatura de Gabriel García Márquez, que tiene lugar en el centro histórico de Cartagena, es el de mayor demanda de ‘Foodies’.

Premiado por Procolombia, promocionado en Madrid Fusión y merecedor de un sinfín de reseñas positivas en revistas gastronómicas especializadas, es la ruta que ningún visitante extranjero se quiere perder.

Los lectores del nobel colombiano prueban los dulces de la ‘Diosa Coronada’ y la bebida favorita de su eterno enamorado Florentino Ariza, deliran con el bocado prometido a Santiago Nasar y el agua de gracia de Cayetano de Laura. Conocen el invento de ‘los Aurelianos’ y celebran el festín de la Mamá Grande, impregnando sus olfatos con el dulce aroma de las guayabas.

Asimismo, adentrarse al mercado de Paloquemao, en Bogotá, es otra experiencia sinigual que reseña la directora de Foodies. “Los tubérculos provenientes de Boyacá resultan fascinantes para los turistas. Ni qué decir cuando prueban una pitaya o una guanábana”, evoca.

A este tipos de tours se anotan muchos colombianos, quienes al terminar la experiencia, se sienten turistas de su propia ciudad. Ese sentimiento de descubrir sus propias raíces culinarias, según María, los llena de una energía positiva.

“Terminan contándote que nunca se hubieran imaginado esos lugares ni las cosas divertidas que se pueden vivir en ellos”, comparte.

Sector que enorgullece

A María la colma de emoción todo lo que actualmente acontece en la cocina tradicional colombiana y lo describe como un “momento mágico que debe perpetuarse en el tiempo”.

Aparte de los reconocimientos, “me siento absolutamente feliz porque cada paso que da nuestra cocina no solo constituye un punto a favor de nuestro emprendimiento, sino que unidos vamos a lograr grandes cosas, como llegar a un Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y que millones conozcan nuestros sabores”.

Agrega: “Esto es un llamado a sentirnos orgullosos de ella, en cada uno de sus colores, de sus raíces. Es hora de hablar con respeto y veneración por nuestros bollos, por nuestras fritos, por nuestros dulces y nuestras raíces multiétnicas”.