¿Por qué siempre debes tener cebolla en la cocina?
La cebolla puede consumirse tanto cruda como glaseada, cocinada o frita. Esta hortaliza de la familia de las liliáceas, está compuesta por un bulbo carnoso recubierto de pieles finas. Pero... ¿Cuál es su origen? Aún no hay una explicación acertiva de su ubicación exacta y de su origen.
Según reseña El Colombiano, muchos arqueólogos, botánicos e historiadores creen que nació en Asia Central. Otras investigaciones sugieren que se cultivaron por primera vez en Irán y Pakistán Occidental. Sin embargo, en lo que sí están de acuerdo la mayoría de los investigadores, es que se trata de un alimento milenario que se cultiva desde hace más de 5.000 años.
¿Cuáles son sus beneficios terapéuticos?
Tiene propiedades antibacteriales, es diurética, expectorante y desinfectante intestinal. Puede ayudar a aumentar los niveles de HDLC, conocido como colesterol bueno. Las cebollas tiene un componente llamado glucoquinina, esta es una sustancia hipoglicemiante considerada la “insulina vegetal y natural”, que ayuda a combatir la diabetes. Se recomienda consumirla cruda para aprovechar sus beneficios.
¿Cuáles son las principales variedades de cebolla?
Cebolla blanca: es la más utilizada en la cocina. De textura crujiente. Sirve para darle sabor a cualquier preparación. Ideal para estofados, salteados, guisos y salsas. Si piensas caramelizar una cebolla, esta es la que debes elegir.
Cebolla morada: fresca y con un sabor más suave que la blanca, es la más apropiada para consumir cruda. Inclúyela en el ceviche y el guacamole; ensaladas, hamburguesas y sánduches. Su gusto se potencia asada y en salteados.
Cebolla de rama o junca: de hojas verdes y tallo blanco, es tradicional en la sazón colombiana. Muy aromática, está asociada a preparaciones típicas como el hogao, los huevos revueltos con aliños, la papa chorreada y el sancocho.
Cebolla puerro: poco utilizada en la cocina criolla, en la profesional las hojas se acompañan de laurel, romero, tomillo, cilantro y perejil para aromatizar sopas, cremas, fondos y salsas. El tallo se usa en salteados, en chips o caramelizado.
Chalote: pequeña, su sabor y apariencia guarda un equilibrio entre la cebolla morada y el ajo. Muy recomendada para la elaboración de vinagretas, encurtidos, conservas o para mezclar con aceite de oliva.
Cebollín: su bajo aporte aromático y de sabor hace que su uso en la cocina sea más decorativo. Un aliado al momento de emplatar arroces, risottos, sopas, entre otros.
¿Por qué lloras al picar cebolla?
La razón es que al cortarlas liberan un agente llamado sulfóxido de tiopropanal que provoca irritación ocular y lagrimeo. ¿La solución? Hay varios trucos caseros, como bañar la cebolla con agua o enfriarla durante media hora antes de cortarla. Otros son picar la cebolla cerca de un chorro de agua fría y mojar el cuchillo antes de hacerlo.
¿Qué hacer para eliminar el aliento que produce?
Comer una ramita de perejil o una manzana ayuda a que la cebolla no se quede en el aliento después de consumirla. Masticar una hoja de menta o un grano de café se suman a las soluciones.