Deleitese

Entre los sabores de la cocina tradicional colombiana transcurrió la niñez del chitarero Roberto Alfonso Aponte Álvarez. Los fines de semana, en la mesa familiar nunca faltaban el mute, los pasteles, los tamales y, por supuesto, los dulces tradicionales.

Sus padres, Carmen Álvarez y Carlos Aponte, siempre cultivaron en Roberto y sus otros 3 hermanos, ese gusto por cocinar. Con el transcurrir de los años, la familia fungía de anfitriona en las reuniones entre los amigos y vecinos de la cuadra.

Ninguno se resistía ante la sazón de doña Carmen. Eran abundantes los buenos comentarios y las frases de impulso para que comenzara a ofrecer esos manjares en el pueblo.

Así, a principios de los años 90, en la esquina de la carrera cuarta del barrio El Centro, en el corazón de Chinácota, las ventas de pasteles y mute se volvieron populares entre habitantes y turistas que frecuentaban el municipio durante los fines de semana.

Una de las entradas a la pizzería

En ese entonces, Roberto ya conservaba su título como tecnólogo agropecuario del Instituto Superior de Educación Rural (Iser) y se dedicaba a prestar sus servicios en fincas y a la investigación académica, que lo llevó a recorrer en moto gran parte del país.

Pero justo en el año 94, en la esquina de la carrera cuarta del barrio El Centro de Chinácota, Roberto le puso el corazón a un proyecto familiar: una pizzería con sello artesanal.

Así luce la pizzería en su interior

De esta forma nació Piro’s Pizza, un concepto en donde la sazón de la familia Aponte y los productos de origen natural estuvieran presente en cada preparación.

Sitio de tradición

Cuando le preguntan por el característico nombre de su restaurante, don Roberto aclara que no tiene nada que ver con Pieros Pizza, (una pizzería reconocida en Pamplona). “Piro’s proviene de la unión de los nombres de dos de mis hijos: Pipe y Roberto. Le agregué el apóstrofo y una ‘S’, en honor a una sobrina que se llama Silvia. De esta forma nació Piro’s Pizza”, contó el restaurantero.

Con el paso del tiempo, el restaurante se fue ampliando y nuevos platos consiguieron su lugar en el menú. Actualmente, además de pizzas, los comensales encuentran panzerottis, lasagnas y hasta una línea de otras comidas rápidas, como hamburguesas, salchipapas y picadas.

En Piro’s, don Roberto también destinó un buen lugar a su otra pasión: las orquídeas.  Estas bellas flores, en variedad de clases, embellecen el lugar, dándole un aspecto romántico y conservador al restaurante. Esto, aunado al buen clima de Chinácota, es otro atractivo que nadie quiere dejar de perderse en Piro´s.

Aunque Aponte reconoce que no es sencillo hacer empresa, cree que en la perseverancia y en la resiliencia, que es la capacidad de superar circunstancias difíciles, está la clave del éxito. “Durante estos 24 años hemos tenido que enfrentar un incendio (que acabó con parte del restaurante) y un par de robos,  la separación de mi primera esposa, pero las ganas de seguir han sido más fuertes”, cuenta.

El mejor ejemplo se lo han dado sus padres y él quiere dar el mismo a sus hijos, que más adelante tomarán las riendas del negocio familiar.

Con su actual esposa, Claudia Cárdenas y su hijo menor, Guillermo, todos los días se le ve en la pizzería. Junto a su equipo de pizzeros, cuida cada detalle en la masa, los ingredientes y la temperatura del horno, para garantizar que cada entrega a la mesa sea perfecta.

Don Roberto Aponte, con su esposa, Claudia Cárdenas. 

También acostumbra a recibir a los clientes con una gran sonrisa y hablarles de los demás lugares turísticos de Chinácota. De hecho, don Roberto no ve como competencia a otros modelos de negocios similares al suyo. Por el contrario, le sienta bien que otros como él apuesten por el crecimiento del municipio en materia turística y gastronómica.

En aras de innovar y continuar deleitando a sus clientes,  desde hace un par de meses, Piro’s tiene sus tardes de pastelería y cafés, que inician a las 3:00 pm.

¿Conoces Piro’s Pizza? Visítalos en la carrera 4ta #2-03 Esquina, Barrio El Centro, Chinácota