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Veintisiete años produciendo mantecadas y ponqués tienen los Villamizar Carvajal, una familia de Chitagá que ha convertido dichos productos -al igual que el durazno y el queso pera- en uno de los más tradicionales de este municipio nortesantandereano.

La receta de las mantecadas la heredó Luz Marina Carvajal de María Ismenia Villamizar, tía de su esposo Miguel Villamizar.

Dicha preparación, que resguarda Luz Marina como un tesoro, lleva consigo ingredientes de primera calidad; entre ellos mantequilla de vaca y huevos criollos, producidos en el mismo municipio.

"La pizca de cariño no puede faltar en cada pieza que elaboramos", asegura Carvajal con orgullo y satisfacción.

Anteriormente, estos productos eran horneados en leña, pero con los avances, lograron adecuarlos a los hornos convencionales, que instalaron en el hogar de los Villamizar, que sirve como centro de producción y sala de ventas.

Las mantecadas se envuelven en un envoltorio transparente y se ofrecen en dos presentaciones a los clientes. Su color café y fresco aroma son tentación para la vista y el olfato.

Su creadora aconseja comerlo con café, chocolate, gaseosa o hasta con vino tinto. "Todo depende de los gustos", señala.

Suaves ponqués

Los ponqués son otra exquisitez que ningún habitante ni turista se resiste a comer. Consiste en una preparación tradicional caracterizada por su suavidad.

Con una sobria decoración en blanco y celeste, son también solicitadas para celebrar cumpleaños, aniversarios o simplemente sorprender a ese ser especial.

Luz Marina Carvajal cuenta que esta receta también "la estandarizamos y fue Ana Julia González quien me enseñó a trabajar la masa".

Personas que van a viajar a Bucaramanga, Cúcuta, Málaga, Bogotá y Venezuela, se llevan algunos de estos presentes.

Los precios de los productos varían entre 5 mil y 46 mil pesos.

Sí visitas Chitagá, puedes ubicar el punto de venta en la calle 3era #5-31 Barrio El Contento