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El ‘templo’ del pastel de garbanzo

La Nueva Dacha es un lugar de tradición para los cucuteños y una parada obligada para de aquellos que vienen a la ciudad de turismo o por negocios. Es el ‘templo’ de los pastelitos de garbanzo, del masato y del mute del domingo.

Más de 1000 pasteles pueden vender al día y los domingos la cifra de duplica. Su actual gerente Gabriela Montañez dice que no hay secretos de cocina para preparar estos sombreritos fritos rellenos de garbanzo. Su fama, asegura, “se debe al amor que se le pone a cada uno cuando se amasa, fríe y sirve”.

Con un estilo rústico, sin muchas pretensiones decorativas, pero con imágenes que rememoran a su fundadora Ovidia Montañez y sus tres generaciones, el restaurante permanece abierto de forma continua “para que a cualquier hora los comensales consigan pasteles recién fritos”, comenta Gabriela.

En julio del 2017 se arriesgaron a preparar el pastel de garbanzo más grande del mundo, como un regalo a la ciudad y como la vía para obtener un Guiness Record. Aquel sábado invirtieron un millón 500 mil pesos y utilizaron 360 litros de aceite, 20 kilos de garbanzo molido y 30 kilos de harina de trigo.

El pastel gigante, que pesó 250 kilos, significó una hazaña que puso a la ciudad en los titulares de la prensa nacional. Su degustación pública reunió a cientos de cucuteños en la Plaza Fundadores.

Y el año pasado, obtuvo el título del Mejor pastel de garbanzo, en el concurso 'Primer Garbanzo Máster', que se realizó en el marco del Festival La Perla del Norte.

“El pastel para nosotros es sinónimo de amor, de antojo, de amor por Cúcuta”, describe Gabriela.

 

Su origen

En español, la palabra rusa дача significa casa de campo. Su pronunciación original es “dacha” y de allí se originó el nombre, que aunque no guarda relación con la cocina, sí con el sentido de hospitalidad con la que la familia Montañez ha dirigido el negocio desde 1974.

En la esquina de la calle 16 con avenida quinta, permaneció este restaurante hasta el 2014, cuando la necesidad de adquirir un lote propio hizo que la familia mudara el negocio a media cuadra.

“El dueño de esa casa de esquina nos pedía mil millones de pesos. Imagínese ¿de dónde íbamos a sacar ese dinero?, por eso nos arriesgamos y negociamos la casa aledaña. La señora nos permitió pagar por partes y en cuatro años ya era nuestra”, recuerda Gabriela Montañez, quien actualmente dirige el restaurante.

Por eso a ‘La Dacha’ decidieron sumarle el adjetivo “Nueva” para dar inicio al nuevo ciclo en un nuevo espacio que remodelaron y le añadieron mobiliario de madera.

Luego, en Quinta Bosch una de sus hermanas replicó el éxito del negocio familiar con una sucursal. La otra hizo lo propio, pero en Bogotá, en el que “la colonia de cucuteños suele reunirse los domingos para sentirse en casa con un pastel y un mute”, afirma Gabriela.    

17 Mayo, 2019
Alicia Pepe
alicia.pepe@laopinion.com.co

Periodista. Escribir, viajar y escuchar música, placeres que mueven mi mundo. 

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