¡Conviértete en un fotógrafo gastronómico!
En el campo gastronómico, hay muchas fotos de alimentos que son bonitas pero no apetecibles. Este es el principal tema de discusión entre estos expertos de la imagen, tal como lo revela el Javier Ferrero, fotógrafo especialista en el área culinaria.
Más allá de los conocimientos propios del manejo de equipos fotográficos y de la luz, un experto debe poner en práctica ciertos criterios y herramientas para obtener grandes resultados.
Como lo explica Ferrero, (quien visitó Cúcuta para ofrecer una clase sobre el tema), hay muchas fotografías vemos en vallas publicitarias, menúes, catálogos y cuentas de redes sociales que no son comida, sino ‘alimentos maquillados’, que termina siendo una mentira en la realidad.
Es entonces cuando el trabajo de un fotógrafo culinario es sentarse del otro lado de la acera y captar una imagen de comida de verdad; es decir, que sea comestible y sabrosa.
Ferrero da algunos consejos: Desmitificar la idea que el plato debe ser maquillado antes de fotografiarse y dejar de pensar que si no es estéticamente perfecto no es apetecible.
También ofrece una aproximación de cómo lograrlo. Primero recomienda manejar la sensibilidad de la comida y entender que, “detrás de ese pedazo de carne, hay una industria, un ganado, un proceso, la inspiración de un cocinero que quiere alimentarte”.
Si te gusta la fotografía gastronómica y quieres empezar a dar tus pasos en esta área, pon en práctica los siguientes tips:
1. Cada quien mira la foto según su interés
Debes conocer el punto de vista del cocinero, del cliente y del comensal y saber para qué se usará la fotografía. Busca todas las opciones y ángulos que te ofrece el plato, nunca sabrás cuál será la elegida.
2. Manejo de la luz
Se puede usar luz natural, luz continua o flash, pero hay que ser muy cuidadoso, porque si no se cuenta con la luz adecuada, es mejor no hacer la foto. Se puede aplicar ciertos trucos cuando no se tiene rebotador de luz, como por ejemplo, usar un plato o una servilleta para enmarcar los puntos de luz.
3. Utilería
En el caso de que la imagen sea para un restaurante, hay que resguardar la personalidad del restaurante y apegarse a lo que realmente existe en él. No es recomendable usar vajillas o elementos que no forman parte del establecimiento, porque el comensal podría sentirse engañado al ver realmente cómo es el plato.
Es válido incorporar elementos decorativos propios del lugar en la foto, ya que brinda identidad y habla de la temática del lugar.
4. Atreverse con los fondos oscuros
Los fondos negros dan mucho más contraste en la comida. Por ejemplo, un sushi con fondo negro, se va a ver mucho mejor, lujoso y ostentoso. Esta es una técnica aplicable a toda la comida que es muy colorida.
5. Algunos productos deben fotografiarse de frente
Una foto aérea del producto puede lucir interesante, pero en palabras de Javier, no vende. Él brinda un ejemplo: En el caso de la hamburguesa, siempre tiene que fotografiarse de frente, porque hay que dar esa sensación de quererla morder. Los comensales quieren ver el queso derritiéndose, la jugosidad de la carne y las salsas chorreando, porque esto es sinónimo de frescura y de que está recién hecha.
Sobre Javier
Es venezolano y desde el 2012 se ha dedicado a la fotografía gastronómica. Pertenece al equipo de profesionales de la academia Cegama (en la ciudad de Maracaibo) y tiene su propio estudio llamado Ferrero Imágenes.
Toda su vida se ha sentido atraído por la comida, al punto que aprendió a cocinar desde muy niño, a través de la técnica de la repetición. “Mi mamá fue mi gran maestra. Yo copiada todo lo que ella hacía a la hora de cocinar y creo que ese es el mejor método de enseñanza”, recordó.
Asegura ser un foodie empedernido, capaz de probar de todo: flores, insectos, animales vivos, alimentos crudos, etc. En su trabajo se deja envolver por el aroma, la fibra y todo lo que transmite el plato. Su premisa es “ver la comida desde todos los ángulos posibles”.
Periodista. Escribir, viajar y escuchar música, placeres que mueven mi mundo.