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Con calor, los niños deben comer ligero, menos y más veces al día
Frutas, verduras y hortalizas, cereales, productos lácteos, pan, aceite de oliva y agua, como bebida principal, deben consumirse a diario y ser los verdaderos protagonistas de la dieta tanto de adultos y niños durante todo el año, especialmente en esos meses de intenso calor.
Además de promover el consumo de alimentos ligeros, más frecuentes y menos abundantes, según los expertos, es importante fomentar buenos hábitos de actividad física en los niños, pues esto los acompañará para siempre. La dieta, también debe ser rica en agua y líquidos, esto generará en los pequeños una sensación de bienestar frente a las elevadas temperaturas.
José Manuel Moreno, pediatra y miembro del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP), comenta que la “filosofía” de los hábitos alimentarios no debe modificarse especialmente según el destino turístico que se elija para pasar las vacaciones.
Moreno comenta que, “verdaderamente, no debe haber un cambio de dieta; es decir, esta debe ser variada, rica en frutas, verduras y cereales, con agua como bebida principal en un ambiente de ejercicio y vida activa”. Sin embargo, el pediatra sí aboga por un cambio en la presentación de los alimentos y la forma de llevar a cabo esa dieta que resulte mucho más apetecible y deseable para los más pequeños de la casa. En su opinión, es importante que se aproveche la variedad de frutas que brinda esta temporada del año y manifiesta la importancia que tiene la elaboración de platos diferentes que capten el interés y la curiosidad de los menores.
En cuanto a la composición de la dieta de los niños, hay que tener en cuenta que debe ser diferente dependiendo de sus edades. José Manuel Moreno manifiesta que “en el primer año (lactante), su alimentación se basa en la leche materna o en su defecto una fórmula infantil. A partir de los seis meses se van introduciendo otros alimentos de manera gradual. Entre 1 a 3 años, casi pueden comer de todo, pero con texturas y cantidades adecuadas a su edad. Teniendo en cuenta que hay que limitar la sal y los azúcares simples.
Es importante incorporarles a la mesa familiar y dejar que sean activos (que coman ellos más que darles de comer). En la edad prescolar (3-5 años) y escolar (6-12 años), el crecimiento es lento y comen pocas cantidades. El comedor escolar juega un papel muy interesante ya que no solo se familiarizan con todos los alimentos, sino que además comen con otros niños”. Finalmente, en relación a los adolescentes Moreno apunta que “deben comer de todo, intentando que hagan una dieta equilibrada”. Además, hace hincapié en que “importa más el ejemplo –comer con ellos- que el consejo –que coman bien-“.
En relación a la ingesta de pan, Rosa Ortega, perteneciente al Departamento de Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, habla de los beneficios nutricionales que tiene éste en la dieta. Ortega destaca la importancia del pan, un alimento que, según la investigadora, “se deja de lado por miedo a engordar y se acaba sustituyendo por otros alimentos que engordan más". E insiste en que el pan que se consuma sea mayoritariamente de grano completo porque, “según señalan diversos estudios epidemiológicos, el consumo de grano completo ejerce un efecto protector frente al cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la obesidad”.
En relación a la ingesta de líquidos durante temporadas de intenso calor, el doctor Moreno señala que para los niños el líquido habitual debe ser el agua. Beber agua en cantidad suficiente es importante todo el año, pero más en verano y más los niños pues regulan peor la temperatura y pierden mucho líquido a través del sudor. Moreno dice que, “según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), las necesidades de líquidos (agua y otras bebidas) según las distintas edades son del 910 ml de los 2 a 3 años, 1120 ml de los 4 a los 8 años, 1300-1440 ml de los 9 a 13 años y 1400 a 1750 ml en los mayores de 14 años, según sean varones o mujeres. Estos cálculos se han realizado asumiendo que los alimentos contribuyen con un 20-30% a la ingesta total diaria de agua”. En cuanto a los bebés, Moreno indica que “en la etapa de lactancia exclusiva no necesitan beber agua, pero a partir de la introducción de otros alimentos en la dieta deben incorporar también el agua”. Además, subraya que “el otro líquido que deben beber los niños es leche, aproximadamente dos vasos al día”.
*Con información de El País.