Plaza de Mercado de Chinácota, más que frutas y verduras
La plaza de mercado de Chinácota es uno de los sitios más concurridos por propios y visitantes. Frutas, vegetales, carnes, entre otros frescos alimentos se ofrecen en este amplio galpón en el centro del municipio.
Pasear es contagiarse con aromas y colores variopintos. También es cruzarse con la sonrisa de decenas de vendedores, algunos que por más de 4 décadas has ofrecido sus productos en este lugar del pueblo.
En la entrada izquierda de la plaza de mercado, Alicia Rojas recibe a los lugareños y turistas con sus pasteles de arroz con arvejas. "Tengo 40 años en el mercado y ya se ha vuelto una tradición venir -sobre todo los fines de semana- a comer pasteles", contó la chitarera.
El secreto de los pasteles, según Rojas, es el amor con el que se preparan. El ají con sal y cebolla es la salsa perfecta para el pastel y un buen masato, como acompañante. Por solo mil pesos se puede disfrutar de un pastel de arveja.
José Vera Contreras también tiene más de 40 años brindando sus frescos productos en el mercado. Queso campensino, queso de hoja y cuajada forman parte de la oferta. Además, en su mesa también encontrarán paledoñas y ponquesitos.
Cinco mil pesos es el precio de la libra de queso, cualquiera que el cliente escoja. "Todo lo que ofrecemos viene directamente del productor. No hay intermediarios. Es un valor agregado que le ofrecemos a quienes nos visitan todos los días", asegura el vendedor.
Admite que, con el transcurrir de los años, las ventas en la plaza de mercado han disminuido, por causa de la competencia directa de ventas ambulantes en las calles de Chinácota y de la apertura de minimercados en los alrededores.
Por eso José Vera apela a la reflexión: "En este mercado no hay nada que envidiarle a los que hay en las cercanías. Todos los vendedores que estamos aquí estamos para atenderlos con cariño y amabilidad, para que lleven a casa solo productos recién cultivados o elaborados en nuestro municipio".
Al lado de la mesa de José Vera, se encuentra la de doña Otilia García, quien tiene 20 años preparando arepas de maíz. Cada mañana las ofrece en su versión más tradicional: redonda, delgada, crujiente y; según los gustos, blanca o amarilla.
La arepa de maíz se adapta a cualquier momento del día y a cualquier ingrediente. Las palabras de García lo confirman: “Una arepa de maíz con queso de hoja y una taza de tinto o de chocolate es un desayuno muy tradicional en el municipio”.
Hay otro producto derivado que es tan popular como la propia arepa. Hablamos de la masa cruda de maíz, lista para dorar a la plancha, que resulta práctico para aquellos que aman comer arepas recién hechas, pero odian amasar.
Mientras que las arepas se venden en mil pesos; un kilo de masa tiene un valor de 3 mil y rinde para tres o cuatro arepas, dependiendo del manejo que se le dé en la cocina al producto.
Si deseas desayunar con un plato muy tradicional, en el puesto de Doña Belén hay muchas opciones para comer. Caldos de costilla, de huevo o de pescado, mute, sancocho y huevos con arepa de maíz, son las alternativas que ofrece la chitarera para quienes madrugan.
Desde 5 mil pesos pueden probar estas preparaciones que se elaboran frente a sus ojos. "Tengo cinco años en el mercado y los fines de semana recibimos a muchos turistas que desean probar nuestros caldos. Nuestra hospitalidad logra envolver a quienes nos visitan, por eso vivan o no en Chinácota, nuestros clientes siempre vuelven", asegura sonriente.
Periodista. Escribir, viajar y escuchar música, placeres que mueven mi mundo.