Formulario de búsqueda

Formulario de búsqueda

Deléitese

La ruta de los yogures artesanales en Norte de Santander (II)

El yogur artesanal se caracteriza por su cremosidad, viscosidad, sabor natural a frutas, brillo y su carencia de grumos. Así describen los productores nortesantandereanos esta delicia láctea que satisface los paladares de miles de colombianos a diario.

En Norte de Santander, no sólo podemos disfrutar de este fermentado de la leche por medio de marcas comerciales que se expenden en supermercados y cafeterías. También existe un nicho de mercado compuesto por microempresas familiares que se dedican a elaborarlo de forma artesanal.

Luego de presentarles la primera parte de nuestra ruta del yogur, en la que le mostramos a ‘Lactti-Fresh’ y ‘La Granadina’, el equipo de Deléitese trae otras dos fábricas familiares en las que se produce este alimento.

Comenzamos con ‘La Palestina’, un sitio de parada casi obligada para quienes viven o visitan Chinácota, a sólo 100 metros del Hospital de Chinácota. En este parador turístico se ofrece yogur artesanal en un ambiente que invita al disfrute familiar. Édgar Pérez, su propietario, contó que siempre ha amado el campo, por eso en su finca conocida como ‘El Espejo’, que está asentada en las montañas de Chinácota, comenzó a criar ganado para la producción de leche.  

“En algunas épocas del año teníamos sobreproducción de leche, entonces para aprovecharla y como valor agregado, pensamos en elaborar yogur y queso,”, contó Pérez.

En el caso particular de este lácteo fermentado, comenzaron a producirlo en cuatro sabores: maracuyá, kiwi, fresa y melocotón, además del clásico yogur natural o griego, en dos presentaciones: uno y dos litros. En el establecimiento también ofrecen postres, fresas con crema, dulces, quesos, avena y cremas para untar.  

El yogur de ‘La Palestina’ se caracteriza por ser bajo en azúcar y por no contener aditivos ni preservantes. “Cada envase puede tener una duración de 10 a 12 días”, asegura Pérez.

Además de los productos, el atractivo del establecimiento es su temática de vacas. El color blanco y negro se compenetran para capturar la atención de propios y visitantes; al igual que sus atracciones infantiles como columpios, toboganes, tirolesa, entre otros; que están disponibles para los pequeños de la casa completamente gratis.

En ‘La Palestina’ también apostaron por servir café sembrado en 7 mil matas de café dentro de la finca de don Édgar. Asegura: “En Chinácota se produce un buen grano y es importante que tanto los pobladores de Norte de Santander como el resto del país sepa que aquí tenemos un buen tinto”.

LEA TAMBIÉN: La ruta de los yogures artesanales en Norte de Santander (1era parte)

La última parada de esta ruta, pero no menos importante, la hicimos en Conlácteos, una marca familiar especialista en esta delicia láctea. Ubicada en el barrio San Cristóbal de Chinácota, este establecimiento ofrece una gran variedad de sabores: kiwi, mora, fresa, melocotón, guanábana, ciruelas y ron con pasas.

También sorprenden a los pobladores del pueblo y a los turistas de fin de semana con exóticos sabores como frutos verdes, mango y mandarina. José Contreras y su esposa Rosmira están al frente del negocio. “Comenzamos ofreciendo el producto casa por casa en una bicicleta hace 12 años y con el tiempo hemos perfeccionado los procesos”, cuenta don José.

Dentro de Conlácteos existen dos reglas de oro: Nunca comprometer la calidad del producto y que un miembro de la familia esté al frente de la producción del yogur en su planta artesanal. “De esta manera garantizamos que el producto tenga cuerpo, sea viscoso, libre de grumos y que el sabor exalte la fruta, sin que llegue a empalagar cuando se toma. No usamos conservantes ni aditivos”, justifica Contreras, que cada semana lleva sus productos a varios puntos de venta en Cúcuta.

Sobre los clientes que a diario los visita, Rosmira dice que predominan las familias. Los sabores más solicitados son los de ciruela y melocotón en las presentaciones de 1 y 2 litros. “El de frutos verdes ha gustado mucho. Estamos trabajando para lanzar próximamente el de sabor a durazno”, contó.

En la planta que tienen detrás del pequeño negocio también trabaja José, el hijo mayor de la familia, quien estudia ingeniería de alimentos en la Universidad de Pamplona. A don José le brota el orgullo cuando habla de su primogénito: “Hay que preparar a nuestro relevo y sabemos que el negocio quedará en excelentes manos”, asegura.

Quienes los visiten, también encontrarán yogures en envases de 250 mililitros; queso paisa y ‘yogurflan’ un postre que integra yogur de fresa con este dulce hecho con huevos, leche y azúcar.

La meta de los Contreras es expandir el negocio familiar y seguir apoyando a los productores de Chinácota (a quienes les compra las frutas) y a los lecheros de la vereda Iscalá.

 

 

*Por: Alicia Pepe / Heidy Espinosa

*Fotos: Rodrigo Sandoval 

 

 

 

17 Junio, 2016

Publicidad

Cargando nota...