Deleitese

 A Ingrid Gómez le cambió la vida en el 2016, cuando consiguió un cupo en la segunda temporada de MasterChef, gracias a su talento para cocinar. En la competencia recobró la confianza en sí misma, apartó el miedo que le invadía por su condición de sordomudez y se ganó el respeto de sus compañeros, jueces y televidentes del reality de cocina.

Ya han pasado dos años de aquella experiencia. Luego sumó un paso por la panadería de los hermanos Jorge y de Mark Rausch le permitió consolidar conocimientos en repostería, la rama que siempre le ha gustado; que se trajo hace un par de meses a Cúcuta para comenzar su propio proyecto: Respostería Miel.

"Con esta idea quiero mostrar mi línea de ponqués con cremas, con pastillaje, cupcakes, pasabocas y muchos más postres para reuniones y celebraciones", reveló la joven, quien se comunica con nosotros a través de lenguaje de señas, gracias a su hermana Natalia, su intérprete.

Más que un producto natural endulzante y con altas propiedades para la salud, la miel significa para Ingrid la traducción de la dulzura, el amor y la dedicación que le pone a cada postre desde su proceso de elaboración hasta que lo entrega a domicilio.

Su centro de producción lo tiene en su propia casa. "La idea es trabajar y darme a conocer para ver si más adelante puedo abrir mi propio café", añadió la cucuteña, de 31 años, que sin pensarlo representa a una comunidad de seguidores con su misma condición auditiva y que se sienten inspirados por cada logro que ella alcanza a nivel personal y profesional.

"Todos podemos lograr lo que deseemos; basta con creer en nuestro talento y trabajar sin descanso", aconsejó.